El mundo de la música recibió una sacudida el pasado 4 de marzo con la noticia de que Keith Flint, integrante de la agrupación electrónica The Prodigy, había terminado con su propia vida.
Flint fue encontrado muerto en su hogar, luego de que las autoridades tuvieran conocimiento de ciertas preocupaciones que había por su bienestar.
De inmediato se supo que Flint murió por suicidio, pero la causa específica sería comunicada una vez que las labores forenses fueran concluidas.
Ahora, de acuerdo con información de The Hollywood Reporter, se sabe que Flint se ahorcó y que fue declarado muerto en el lugar. La policía no abrió investigación criminal por carecer de elementos para tratar el deceso como sospechoso.
“La policía atendió el llamado, se siguieron todos los protocolos y su muerte fue confirmada como no sospechosa”, dijo un representante de la oficina forense, quien añadió que el caso sigue investigándose mientras se reúnen reportes toxicológicos.
Flint tenía 49 años al momento de su muerte.
Su compañero de The Prodigy, Liam Howlett, escribió en la cuenta de Instagram de la banda “La noticia es real, no puedo creer que estoy diciendo esto, pero nuestro hermano Keith se quitó la vida este fin de semana. Estoy en shock, estúpidamente enojado, confundido y con el corazón roto. D. E. P., hermano”.
De acuerdo con reportes de The Sun, Flint había estado pidiendo a su esposa Mayumi Kai, de quien se separó el año pasado, que regresara a casa. Una fuente dijo que el fallecido vocalista tenía la esperanza de que «las cosas funcionaran», pero ella no cedió a la reconciliación y en su lugar insistió en que se vendiera la casa que compartían.
The Prodigy es considerado uno de los actos más importantes de la escena rave de los 90, y es visto como pionero del subgénero breakbeat.
Una de las canciones emblema de la agrupación es “Smack My Bitch Up”, cuyo video fue filmado desde una perspectiva de primera persona, en un momento en que no existían tecnologías como las actuales que facilitan tales métodos de presentación.
El video de “Smack My Bitch Up” fue dirigido por Jonas Åkerlund, integrante de la alineación original de la banda de black metal Bathory.