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Adicción a una consola

Lo confieso: antes de tener el Xbox 360 no hacía el más mínimo caso de las consolas. Todo empezó en diciembre: estábamos en evento y...

Lo confieso: antes de tener el Xbox 360 no hacía el más mínimo caso de las consolas. Todo empezó en diciembre: estábamos en evento y había una rifa… la verdad es que nunca me saco ni un lápiz, entonces pues cuando puse el papelito con mis datos en la urna ni pensé que me iba a ganar nada, pero al final dijeron mi nombre y, ¡sorpresa! Una consola para mi casa (sé que Pontón y Chezko se murieron de la envidia pero qué le vamos a hacer). Total, lo primero que hice después de desempacarla fue comprar otro control inalámbrico. Ya venía con uno, además de tres juegos: el FIFA 08, Forza y otro que no me acuerdo cómo se llama pero no se me antoja nada jugarlo.

Es de verdad toda una experiencia: los controles no son tan fáciles, sobre todo para una persona como yo que lo último que jugó fue Atari. Hasta ahora, bien. Tengo nada más que comprar el adaptador Wireless para conectarme a Xbox Live, pero me ha dolido el codo por lo que cuesta, eso sin contar que después me tendría que comprar la diadema, obviamente, porque no tendría ningún chiste no poder hablar con mis amigos. ¿Impresiones hasta ahora de una amateur como yo?

1. Los accesorios son muy caros y si no eres un jugador constante, hay que pensar bien lo que compras.

2. Los juegos también son muy costosos: lo que hago es, primero rentarlos y si me gustan, pues los compro. Gracias a eso me he ahorrado algún dinero.

3. Los patrocinios en los juegos: la verdad es que anunciarse en una carrera de coches o en un juego de investigación es buena idea por parte de las empresas… los jugadores estamos ahí y si en algo nos fijamos es en los gráficos; registras perfecto qué marcas tienen presencia.

Hasta ahora mis únicas impresiones… por cierto, ¿alguien tiene recomendaciones de títulos? Sólo no me gustan los de violencia…

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