Un artículo científico, del primero de mayo, publicado en «Monthly Notices of the Royal Astronomical Society« (Noticias mensuales de la Sociedad Real Astronómica), parece contradecir un estudio del 2015, en donde se teorizaba que las galaxias gigantes elípticas podrían ser 10 mil veces más adecuadas para la generación de vida con tecnología, que las galaxias de disco, como la Vía Láctea, por ejemplo.

La razón, decían los científicos del estudio del 2015, podría deberse a que las galaxias elípticas gigantes pueden tener más estrellas y tienen menos posibilidades de enfrentar a las letales supernovas.

El principio de la mediocridad

Sin embargo, Daniel Whitmire, un profesor retirado de astrofísica, quien es instructor de la Universidad de Arkansas, en el departamento de Ciencias Matemáticas, cree que el estudio del 2015 contradice la regla estadística llamada «principio de la mediocridad», también conocido como el «principio Coperniquiano», que establece que en ausencia de evidencia de lo contrario, un objeto o alguna propiedad de un objeto debe considerarse típico de su clase en lugar de atípico.

Históricamente, este principio se ha empleado muchas veces para predecir nuevos fenómenos físicos, como por ejemplo, cuando Newton calculó la distancia aproximada a la estrella Sirio, asumiendo que el Sol es una estrella típica y comparando los brillos relativos entre ambas estrellas.

De acuerdo con Whitmire, «el artículo del 2015 tiene un serio problema con el principio de la mediocridad«, y agrega:

«En otras palabras, ¿por qué no nos encontramos nostros mismos en una gran galaxia elíptica? Para mí eso enciende un foco rojo. Cuando te consideras a ti mismo atípico, estamos ante un problema para el principio de la mediocridad».

De acuerdo con el principio de la mediocridad, la Tierra y su sociedad tecnológica deberían ser típicas, no atípicas, de planetas con civilizaciones tecnológicas en cualquier parte del universo.

Esto significa que si se encuentra en una galaxia de tipo disco, eso debería ser típico también. Pero el artículo del 2015 sugiere lo opuesto, es decir, que los planetas más probablemente habitables, podrían localizarse en galaxias no similares a la nuestra, por ejemplo, en las ya mencionadas elípticas gigantes.

Las razones de Whitmire

Por ello, Whitmire piensa que hay razones para considerar que las grandes galaxias elípticas no necesariamente son la cuna de civilizaciones tecnológicas: estuvieron inundados de radiación letal cuando eran más jóvenes y más pequeñas, y pasaron por una serie de eventos de supernovas de quásar y explosión de estrellas en ese momento.

«La evolución de las galaxias elípticas es totalmente diferente a la Vía Láctea», indica el científico.

«Estas galaxias pasaron por una etapa temprana en donde había mucha radiación que posiblemente habría destruido cualquier posibilidad de vida (como a conocemos), y subsecuentemente, la razón de formación de estrellas y así, de nuevos planetas, fue esencialmente cero. No hay nuevas estrellas formándose y todas las viejas estrellas ya han sido irradiadas y esterilizadas».

La Vía Láctea

Por ende, si hay planetas habitables que puedan tener vida inteligente, son poco probables en las galaxias elípticas gigantes y de hecho, galaxias del tipo Vía Láctea, son mucho más probables para alojar vida inteligente, como lo espera el principio de mediocridad, concluye Whitmire.