Héctor Eduardo Cid Luna, egresado de la carrera de Tecnología de la UNAM e integrante del Centro de Geociencias de la casa de estudio, con sede en Juriquilla, Querétaro, presentó un dispositivo de su creación el cual es termoeléctrico y de alta eficiencia, el cual capta la energía térmica que desperdician los motores de combustión interna, como el de los automóviles, para convertir esto en energía eléctrica, que se aprovecha en el compresor de aire acondicionado, lo cual la postre reduce el consumo de gasolina.

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Este tipo de aplicación de los termoeléctricos en automóviles ya existe en Alemania y Estados Unidos pero es la primera vez que a alguien se le ocurre usarla en el compresor. El desarrollo ya está en la oficina de patentes.

Cid Luna fundó la empresa Energine, con la intención de eventualmente comercializar su idea y generar ahorros en gasolina que van del 3 al 12 por ciento. El mismo egresado indica que estos números no pueden parecer muy grandes, sobre todo para el uso cotidiano, pero para uso intensivo, como el de taxis, es bastante bueno.

Cid Luna indica que lo que más consume energía en el ámbito nacional es el auto-transporte, con un 40% por encima de la energía que se usa en industria y hogares. Esto llevo al inventor a investigar en dónde se consume tanta energía y halló que los automóviles son el factor preponderante. México tiene de hecho un parque vehicular de unos 36 millones de vehículos en todo el país. La eficiencia energética es de 20 a 25 por ciento, lo cual es “bajísima para cualquier máquina”. Aproximadamente el 70% de la energía que usan los auto-motores se desperdicia en calor, que se libera a la atmósfera.”Nuestro objetivo en Energine es ahorrar, sin necesidad de comprar un coche nuevo o de hacer una inversión muy alta”, indica Cid Luna.

El costo del dispositivo es de unos 3 mil pesos. Un usuario promedio recupera la inversión en año y medio y a partir de ahí todo es ganancia. Un taxista puede obtener este beneficio en tres meses y ahorrarse el 12% en gasolina. Además, puede ayudar los gases de invernadero.

En el dispositivo, su función es convertir los fonones (vibraciones que conducen el calor) en corriente eléctrica, es decir, en electrones en movimiento. La corriente obtenida se manda a un pequeño motor que ayuda al compresor del aire acondicionado para que no haga tanto uso del motor de gasolina.

La compañía resultó ganadora del primer lugar en la categoría de modelo de negocio del grupo Innovación Tecnológica, de la primera edición del concurso Impulso a la Innovación en la UNAM, convocado por la Coordinación de Innovación y Desarrollo de la propia institución, y fue finalista en el Premio Santander a la Innovación 2017.