Después de hacer un largo estudio sobre la inteligencia en línea, un equipo de investigadores ha llegado a la conclusión de que la medida llamada cociente intelectual (en inglés intelligence quotient) es realmente absurda. Este hallazgo incluyó a más de 100,000 participantes, y se publicó en la revista Neuron el 19 de diciembre de este año. El artículo: “Fractionating human intelligence” fue escrito por Adrian M. Owen y Adam Hampshire, del Western’s Brain and Mind Institute (Londres, Canadá) y Roger Highfield, Director de asuntos externos, del  Science Museum Group (Londres, Inglaterra).

Utilizando un estudio en línea abierto a cualquiera en el mundo, los investigadores le pidieron a los interesados a completar 12 pruebas cognitivas, que incluían memoria, razonamiento, atención y habilidades para la planeación, así como una encuesta sobre su pasado y sus hábitos de vida. Los resultados obtenidos fueron asombrosos, a decir de Owen: “esperábamos un par de cientos de respuestas, pero miles y miles de personas tomaron parte en la prueba, incluyendo personas de todas las edades, culturas y credos de todos los rincones del planeta”.

Ningún componente aislado, o IQ, explica todo. Además, los científicos usaron técnicas de escaneo cerebral, conocidas como resonancia magnética, para mostrar que estas diferencias en las  habilidades cognitivas se mapea en distintos circuitos del cerebro. Con tanta gente respondiendo, los resultado dan mucha información sobre factores como edad, género, y la tendencia a jugar videojuegos puede influir en las funciones del cerebro.

“El entrenamiento regular del cerebro no ayudó a las personas en sus desempeños cognitivos y la edad tuvo un profundo efecto negativo en la memoria y razonamiento”, indica Owen. Hampshire añade: “de forma intrigante, personas que juegan regularmente videojuegos se desempeñaron significativamente mejor en ambos términos: razonamiento y memoria de corto plazo. Los fumadores, por ejemplo, tuvieron un pobre desempeño en términos de la memoria de corto plazo y en los factores verbales, mientras que las personas que sufrían frecuentemente de ansiedad, se desempeñaron muy mal en el factor correspondiente a la memoria de corto plazo”.

Cabe decir que el IQ fue una medida impulsada en Estados Unidos, a principios del siglo pasado, con el afán de buscar una manera de evitar tanta inmigración a los Estados Unidos. En principio las pruebas de IQ eran un pretexto para no permitir la entrada a los inmigrantes europeos. Hoy se ha popularizado y e incluso existe una institución llamada Mensa, la cual hace un examen de IQ (que cuesta unas 12 libras esterlinas), y si se llega a tener unos 150 puntos de IQ, califica para ser parte de este selecto grupo de súper inteligentes, a decir de esta institución, que no es otra cosa que un negocio basado en el ego y vanidad de las personas.

El IQ sigue siendo una medida discriminatoria, porque apela a algo tan difícil de medir como la inteligencia humana. En muchas situaciones se discrimina a la gente, por estatura, por color de los ojos, por el color de la piel, etcétera, pero estos son atributos visibles, mientras que la inteligencia es algo que no esa tan visible ni tan medible como quisiéramos, amén de querer  condensar todo en un solo número es poco menos que absurdo.

Referencias:

Science Daily